Mis visitas

miércoles, 28 de agosto de 2019

De pelos y aliens

Los que me conocen saben que no me gustan nada las películas de miedo. 
No le veo la gracia a pasar un mal rato si no hay necesidad. Además, soy de las que se impresionan mucho con las películas y luego no puedo dormir pensando en lo que he visto. 
Pero hoy, para llevarme la contraria, voy a hablar de una de ellas. Siempre hay una excepción a la norma.

Y mi única excepción es Alien

Aún recuerdo la primera vez que la vi. El título era muy sugerente: "Alien, el octavo pasajero" y la frase que lo acompañaba mucho más: "En el espacio nadie puede oír tus gritos". Así que podéis imaginar... 
Yo debía tener 14 o 15 años. Era verano y mi vecina, que es un año mayor que yo, se iba a quedar una noche sola, ya que sus padres se tenían que ir. 
En aquella época vivíamos en un piso, y teníamos muy buena relación con las personas que vivían en el piso de al lado. Nuestras casas estaban abiertas los unos para los otros y compartíamos muchos momentos juntos. Mas que vecinos éramos como familia. Así que decidimos que esa noche yo me iría a dormir con ella a su casa, para que no estuviera sola. Lo normal era que ella se hubiera quedado en mi casa, pero éramos adolescentes y nos hacía ilusión estar solas. Al acostarnos, encendimos la tele que tenía en su cuarto para ver la película que echaban esa noche, que resultó que era "Alien". Mi madre jamas me hubiera dejado ver esa película, pero ¡estábamos solas y podíamos ver lo que quisiéramos!

Y aunque debo reconocer que me dio mucho miedo, me encantó. Y una de las razones por la que me gusta tanto es por su protagonista, la teniente Ellen Ripley. Creo que fue una de las primeras veces que vi una película protagonizada por una mujer fuerte, valiente, que no necesita ser rescatada por un "príncipe". Y yo quería ser como ella, una mujer capaz de enfrentarse a cualquier cosa y de luchar hasta el final. De alguna forma puedo decir que me inspiró. 


¿Por qué cuento esto en un blog sobre cáncer de mama? En la tercera entrega de la película (Alien3), la teniente Ripley tiene que raparse el pelo al cero. De hecho, hay una escena de esta película que es casi icónica, en la que se ve al alíen acercándose a una teniente Ripley rapada y asustada.

Y yo, cuando supe que el pelo se me iba a caer, para no entristecerme tanto pensé: "Bueno, al menos ya me pareceré más a la teniente Ripley". 

Quiero pensar en mí como una mujer fuerte, valiente y calva, como la teniente Ripley. Quiero luchar contra mi alíen particular, que aunque me da miedo, no impide que siga haciendo todo lo posible para acabar con él.

Es duro saber que se te va a caer el pelo, y más duro aún cuando ves tu cabeza lisa, sin pelo, cuando dejas de sentir ese peso familiar que solo notas ahora que no está. Es difícil no echarse a llorar cuando escuchas las tijeras y la maquinilla pasando. Podría haber hecho broma y decir: eh! que no  quiero ser una skinhead! o Por fin me parezco a Ripley! Pero no, puede parecer algo superficial, pero no lo es, no estaba para bromas. 
De alguna forma, el pelo también forma parte de nuestra personalidad e identidad, y cuando lo pierdes de forma involuntaria, cuando te miras en el espejo y no pareces la misma persona, sientes que has perdido algo más que simple pelo, has perdido algo de tu ser, algo de lo que te hacía ser tu.

Yo me imaginaba tan fuerte como la teniente Ripley, pero claro, aún tenía pelo, estaba viendo películas y el cáncer era algo que le pasaba a otras personas. 
Esta ha sido mi entrada "friki", pero en la siguiente hablaré más sobre el pelo, pañuelos y otras cosillas relacionadas. 


"Tener valor no significa no tener miedo. Tener valor significa tener miedo y, aún así, seguir adelante."

domingo, 25 de agosto de 2019

En oncología

El siguiente paso fue la visita con mi oncóloga. He tenido la suerte de encontrar una oncóloga que me gusta no sólo profesionalmente sino también en su trato personal. En un principio me asignaron otro oncólogo, pero dio la casualidad de que no estaba y le sustituía mi oncóloga. Después de la primera visita decidí seguir con ella. Creo que es importante que un médico sepa comunicarse bien con sus pacientes y hacerles entender su enfermedad y tratamiento. Y mi oncóloga se tomó la molestia de explicarme todo con mucha paciencia. Y no creáis que lo hizo en deferencia a mí por ser médico. Lo hace con todos sus pacientes.

Antes de nada, sólo quiero recordar que esta es mi experiencia personal. Como ya sabéis, no todos los cánceres de mama son iguales, y cada mujer tendrá una experiencia diferente. Mi tratamiento no tiene porque ser igual al de otra mujer y mis efectos secundarios pueden ser distintos. Pero habrá puntos en común que compartimos muchas mujeres con esta enfermedad.

El proceso que me presentaron seguiría estos pasos: Lo primero sería la quimioterapia, que se prolongaría durante unos 6 meses. En otros casos lo primero que se realiza es la cirugía, pero  conmigo y debido a las características de mi tumor, decidieron empezar por el tratamiento. 
Después de un periodo de descanso para dejar recuperar al organismo, me operarían. Decidirían sobre la marcha si se realizaría una mastectomía o tumorectomia, o dicho más simplemente si me quitarían un trozo de pecho o todo. 
Tras esto, dejarían otro periodo de descanso y se procedería a la radioterapia, un tratamiento más localizado, pero de eso ya hablaremos más adelante. 
Una vez terminado todo, me avisaron que tendría que seguir un tratamiento, en este caso tomar un fármaco, el tamoxifeno, durante un periodo mínimo de 5 años.

Teníamos ante nosotros un proceso que iba a ser largo, en total unos 10 meses desde que se empieza y que aún así, al finalizar no iba a olvidarse y ya está sino que un fármaco nos recordaría durante largo tiempo por todo lo que habíamos pasado. En ese momento daba vértigo pensar en ello, es como si se hiciera un paréntesis en tu vida, porque todo cambia y durante varios meses iba a estar yendo al hospital para recibir mi tratamiento, hacerme pruebas e ir a las consultas de enfermería u oncología. El hospital se convertía así, casi, en tu segunda casa. 
Pero hay que hacerlo, es parte de la lucha contra la enfermedad.


Mi quimioterapia consta de dos partes:
- Primera parte: tratamiento con antraciclinas. Una sesión cada 21 días. Cuatro sesiones en total.
- Segunda parte: tratamiento con taxoles. Una sesión semanal durante 12 semanas.

En la consulta te explican también los principales efectos secundarios. Todos tenemos en mente qué les ocurre a las personas que reciben quimioterapia, pero aquí también nos equivocamos, porque cada tratamiento es distinto y los efectos secundarios también. No podía creérmelo, pero en mi caso parecía que se iban a cumplir todas las expectativas!. Con esta quimioterapia el pelo se caería, tendría náuseas, vómitos, y las defensas bajarían hasta niveles en los que un resfriado es algo a temer. Y sobre todo aparecería el cansancio. 
No parecía un panorama muy halagüeño. Aunque como se dice, cada persona es un mundo y me avisaron claramente que la intensidad de estos síntomas puede variar mucho de un caso a otro.

Resumiendo, esa mañana mi marido que me acompañaba y yo salimos de la consulta con un plan a largo plazo, que se antojaba difícil y agotador tanto física como mentalmente. Y en la mano un papel que marcaba la fecha para mi primera sesión de quimioterapia. Marcado en rojo quedaba el día 2 de abril.

Antes de ese día aún quedaba algo más.  Nos citaron para ponerme un marcador intramamario (clip). Es como una varita de titanio, de entre 2 y 4 mm, que se introduce en el tumor. Mediante ecografía se localiza la lesión y liberan el marcador dentro del tumor. Es una técnica rápida y poco molesta. ¿Por qué me lo pusieron? Pues para que si durante el tratamiento se producía una respuesta muy buena y desapareciera el tumor, poder localizar sin problemas durante la cirugía la zona en la que se encontraba. Es en ese momento, cuando te lo quitan.

Como decía, el hospital iba a ser nuestra segunda casa. Y yo que prefería un apartamento!!!

"Cuando tengas momentos difíciles, recuerda.... los diamantes se forman bajo presión."


miércoles, 21 de agosto de 2019

El cáncer de mama

Hoy me gustaría hablar un poco sobre el cáncer de mama. Podría escribir muchísimo sobre este tema, pero me centraré en los puntos que creo son más interesantes para las personas que están pasando por esta enfermedad.
Hablar sobre cáncer no es sencillo, porque no es una única enfermedad, sino muchas enfermedades. No es lo mismo el cáncer de pulmón que el cáncer de mama o el cáncer de colon. Y el cáncer de mama (al igual que otros cánceres) puede ser de distintos tipos, más agresivo o menos agresivo, con mejor o peor pronóstico, etc. Por eso no está bien generalizar, ya que cada caso es distinto.

Pero hay aspectos que sí comparten muchos tipos de cáncer y que nos permiten hacer hincapié en la prevención y diseñar tratamientos cada vez más efectivos.
La información que ahora voy a compartir aquí es del PAPPS (Programa de Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud), que es un proyecto de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria. Aquí os dejo el link por si queréis echarle un vistazo: http://papps.es

"El cáncer de mama es el cáncer más frecuente en las mujeres. En España se estima que en 2015 se diagnosticaron 27.747 cánceres de mama, con un incremento en su tendencia. Es el tumor que provoca mayor mortalidad en las mujeres españolas (6.211), aunque con una tendencia descendente. La supervivencia ha aumentado notablemente en las últimas 2 décadas, y actualmente se estima del 95,1% al año y del 82,8% a los 5 años. La historia familiar es el factor de riesgo más importante y junto con la edad son factores de riesgo no modificables".


Los principales factores de riesgo para el cáncer de mama son:
- Portadores de la mutación del síndrome mama/ovario hereditario (BRCA)
- Radioterapia previa de la mama
- Obesidad
- Sedentarismo
- Alcoholismo
- Primer embarazo > 30 años, nuliparidad, no lactancia
- THS (Terapia Hormonal Sustitutiva) > 5 años
- Sexo femenino
- Edad > 50 años

Recomendaciones en cáncer de mama, PAPPS 2018:
- En las mujeres de 40 a 49 años, de riesgo medio, no debería recomendarse la mamografía de cribado (evidencia moderada, recomendación débil en contra)
- En las mujeres de 50 a 69 años, de riesgo medio, debería recomendarse la mamografía de cribado cada 2 años (evidencia moderada, recomendación débil a favor)
- En las mujeres de 70 a 74 años, de riesgo medio, debería recomendarse la mamografía de cribado cada 2 años (evidencia baja, recomendación débil a favor)

Estas recomendaciones no se aplican a mujeres con alto riesgo (con antecedentes personales o familiares) o con antecedentes familiares de cáncer asociado a mutaciones del gen BRCA, que deben ser enviadas a centros especializados para su control y seguimiento.

Después de todos estos datos, tan solo me gustaría resaltar algo. Hay factores de riesgo sobre los que no podemos influir (nuestra genética, nuestro sexo, nuestra edad, etc.), pero hay otros factores sobre los que sí podemos actuar, que son modificables. En el caso del cáncer de mama se ha demostrado la influencia del estilo de vida. La obesidad y el sedentarismo (que muchas veces van unidos) y el alcoholismo son factores que aumentan el riesgo de sufrir cáncer de mama.

Mi consejo para todas vosotras es que os mantengáis activas y en vuestro peso adecuado. Para ello, además de hacer ejercicio de forma regular hay que llevar una alimentación lo más sana posible, evitando el alcohol completamente.

Yo, para ser sincera, llevo varios años bastante sedentaria. Con los peques no paro, pero eso no es hacer ejercicio (aunque cansa tanto como el ejercicio 😅). Tengo mil excusas para justificar mi falta de actividad física, pero no sirven de nada. Hay que ponerse las pilas y buscar tiempo para mover el cuerpo.
Cuando me diagnosticaron el cáncer, como con los peques me cuesta encontrar tiempo para mí, empecé a buscar la forma de hacer algo de ejercicio. Así que decidí cambiar el autobús por las piernas e ir caminando al trabajo. Eso me permitió alcanzar los 10.000 pasos diarios recomendados. Pero esto es solo un mínimo. Lo ideal es mantenernos tan activas como podamos, buscando cada una lo que mejor se adapte a nuestra situación, dejando atrás la pereza y el sedentarismo.


"Aquellos que piensan que no tienen tiempo para hacer ejercicio, tarde o temprano tendrán que encontrar tiempo para la enfermedad. " Edward Stanley.


domingo, 18 de agosto de 2019

¿Por qué a mí?

Hay días que no se olvidan.

El día 15 de marzo tenía cita con el cirujano para los resultados de la biopsia. Después de muchos días de incertidumbre por fin sabríamos a qué nos enfrentábamos. 
Xavi, mi esposo, vino conmigo. Y allí sentados en la consulta, cogidos de la mano, el cirujano nos informó que tenía cáncer. Las lágrimas brotaron de mis ojos sin poder controlarlas (debo reconocer que me emociono y lloro con facilidad). Da mucha rabia cuando tú haces todo lo posible por no llorar pero no puedes parar, sobre todo cuando hay gente delante. Aunque no sirva de consuelo, no he debido ser la única. A Xavi le marcó que hubiera una caja de pañuelos de papel preparada sobre la mesa, frente a nosotros.

El cirujano sabía que yo era médico y me preguntó como sorprendido si no me lo esperaba. ¡Claro que me lo esperaba! Las pruebas no eran concluyentes aunque muy sospechosas, pero me aferraba a la idea de que probablemente yo sería lo que llaman un falso positivo y que la biopsia saldría bien. 

Así que en esos momentos, con mi cabeza dando vueltas como en un sueño, el cirujano me explicó que tenía un carcinoma ductal infiltrante grado 2, tipo luminal B. El pronóstico de entrada era bueno, con más de un 80% de supervivencia. 
El plan terapéutico que habían planeado para mi caso comenzaba con la quimioterapia, luego cirugía y por último radioterapia. 
Por tanto, a partir de ahora, yo pasaba a control de oncología. Llegaba el momento de afrontar aquello que has intentado no pensar en las noches en que el sueño decide que tardará un poco en venir.
Pero la primera reacción no entiende de razones y sí de miedos.

Al salir de la consulta, Xavi me consolaba, pero por mi mente pasaban muchas ideas, y ninguna buena. Lo primero que pensé fue en mis peques. Tenía miedo de que algo fuera mal, tenía miedo de que se quedaran sin su madre. Tenía miedo de no estar allí cuando tuvieran que afrontar las cosas de la vida. Eso para mí sería lo más duro: dejar a mis hijos, a mi marido y a mi familia solos. 
Y entonces te preguntas, a ratos con rabia, la mayoría de las veces con tristeza, por qué te ha tocado a ti. ¿Qué he hecho para que me pase a mí? No es justo. Soy una buena persona, intento llevar una vida lo más sana posible, soy vegetariana, he dado el pecho a mis dos hijos hasta los 18 meses. Hay gente que no cuida su salud y no les pasa nada. ¡¿Por qué?!

Sinceramente creo que estas preguntas no tienen respuesta. Y si la tienen, ahora mismo no me interesa. Aún así, en otra entrada hablaré un poco del cáncer de mama y sus causas desde un punto de vista médico.

Una vez que asimilé la noticia, me tranquilicé bastante. Creo que soy una persona práctica e intento enfrentarme a las situaciones de la vida de una forma lo más racional posible. 
Está bien, tengo cáncer. 
Puedo deprimirme y enfadarme con el mundo, o puedo luchar con energía y buen humor. Y elegí lo segundo 😀.  

Así que empecé a prepararme para todo lo que se nos venía encima. Y hay algo que sabía que me ayudaría y no me fallaría, porque no me ha fallado nunca.
No tengo que pararme a pensar mucho para encontrar aquello que me ha ayudado durante este tiempo a sentir paz interior en medio de la enfermedad: confío en mi Dios
Soy creyente, creo y confío en Él. 
Puse, pongo y pondré mi vida en Sus manos y acepto tranquila lo que me depare el futuro. Y por eso, no me preocupo demasiado por mi cáncer, ya que todo mi miedo y mi angustia la he depositado en mi Dios.


"Venid a mi todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar." Mateo 11:28


miércoles, 14 de agosto de 2019

La biopsia y otras pruebas

Hasta que me realizaron la BAG (Biopsia con Aguja Gruesa) pasaron varios días. Gracias a Dios, en España tenemos un sistema sanitario que aunque no es perfecto, funciona muy bien, sobretodo si hay sospecha de enfermedades graves como el cáncer. Y aunque  no fueron muchos los días que tuve que esperar, se me hicieron eternos. Porque a mi, personalmente, lo que más me agobia es la incertidumbre, el no saber qué va a pasar. Y claro, la palabra cáncer rondaba por mi cabeza continuamente. Mi familia, mis amigos, me daban ánimos: "No te preocupes, seguro que no es nada", "Será un quiste", etc. Y yo quería pensar igual que ellos. Además, en el pasado ya había tenido bultos y al final nunca era nada malo. ¿Por que tendría que ser distinto ahora?

Por fin llegó el día de la biopsia. La prueba no me pareció demasiado molesta. Te ponen anestesia local (debo reconocer que fue bastante indoloro y mi radióloga tiene unas manos maravillosas), te hacen una pequeña incisión y con una especie de "pistola" cogen 3 muestras (3 cilindros) del tumor. Así que noté 3 "disparos". El primero no fue molesto. El segundo se notó un poco más. Y el tercero dolió un poquito, pero es muy rápido, así que, en conjunto, no la considero como una prueba muy desagradable.
Una vez realizada la biopsia me dieron una compresa helada para que me la pusiera en la zona de la biopsia durante unos 15 minutos. Durante este tiempo hay que vigilar que todo esté bien, que no haya un sangrado excesivo, etc. Cuando comprueban que no hay complicaciones, te mandan a casa con unas recomendaciones.

Recomendaciones después de la BAG:
- Puede aparecer un hematoma, que normalmente se reabsorbe en unos días.
- Si hay dolor se puede tomar algún analgésico tipo paracetamol. Evitar tomar aspirina.
- Las primeras 24-48 horas tras el procedimiento, aplicarse frío local durante 10-15 minutos, varias veces. Esto es para evitar la hinchazón.
- Usar un sujetador deportivo, que se ajuste bien al pecho, incluso para dormir.
- No ducharse hasta pasadas 24 horas de la prueba.
- No realizar ejercicios bruscos ni levantar mucho peso los primeros días tras la biopsia.

Una vez obtenidos los resultados de la biopsia (en la próxima entrada hablaré de eso), me solicitaron distintas pruebas para terminar el estudio de extensión del tumor. Como no quiero extenderme mucho con los detalles, tan sólo os las nombraré aquí:
- RMN (resonancia magnetica nuclear) de las mamas
- TAC toraco-abdominal con contraste
- Gammagrafía ósea
- Ecocardiograma (ecografía del corazón)


"La paciencia no es la habilidad de esperar, sino la habilidad de mantener una buena actitud mientras esperas".

viernes, 9 de agosto de 2019

Cómo comenzó todo...

En enero de este año (2019) me noté un bulto en la mama derecha. Era bastante grande, aunque solo lo descubrí porque me empezó a doler. 
Mi primer error fue no darle mucha importancia. En el pasado ya me había notado otros bultos, típicos de las mamas fibrosas, así que pensé que sería algo parecido. Y, bueno, si sois madres, sabréis que los peques dan mucho trabajo, y siempre se me olvidaba pedir cita con mi ginecóloga.
Finalmente saqué el tiempo para ir y así es cómo comenzó todo. 

Lo primero que me solicitaron e hice, en ese orden, fue una mamografía y una ecografía.  
Esta fue mi primera mamografía. Y la verdad, debo reconocer, que es una prueba algo desagradable y molesta. La prueba se hace de pie y, básicamente, consiste en que un técnico de radiología te coge el pecho y te lo pone sobre una placa transparente. Después va bajando una placa superior para comprimir e inmovilizar el pecho y así hacer varias radiografías de la mama. Cuanto más comprimida esté la mama mejor será la imagen obtenida.
La ecografía, sin embargo, es una prueba que no molesta. Durante la prueba te extienden un gel sobre la zona a estudiar y van pasando el transductor para obtener las imágenes ecográficas necesarias.


Este es un mamógrafo como el que utilizaron en mi caso. Para que os hagáis una idea de cómo es.












Lo que yo pensé que serían dos pruebas rutinarias, como en otras ocasiones, dieron resultados sospechosos. Así que me solicitaron otra prueba: una BAG (Biopsia con Aguja Gruesa guiada por ecografía).
Ahora si que me empecé a preocupar 😅 y llegaron unos días de incertidumbre. Pero eso os lo contaré en otra entrada.

Algunos consejos para cuando tengáis que haceros una mamografía:
- Durante la menstruación o la semana anterior, las mamas suelen estar más sensibles, por lo que puede que la prueba sea más molesta de lo normal en estos días. Si es posible elegir día para la prueba, evitad estas fechas.
- El día de la prueba evitad usar desodorante, talco o perfumes, porque pueden aparecer como manchas blancas en la radiografía.
- Recordad que habrá que desnudarse de cintura para arriba, por lo que es mejor evitar los vestidos o trajes de una sola pieza.

Para finalizar, os dejo 2 consejos. El primero es el siguiente: es importante conocer vuestros cuerpos, para que sepáis identificar aquello que no es normal en vosotras. Hay una prueba que se suele recomendar a las mujeres para detectar precozmente el cáncer de mama y es la autoexploración mamaria. Pero existen controversias sobre esta prueba, y mientras algunos organismos la recomiendan de forma rutinaria a las mujeres por ser inocua y fácil de realizar, otros consideran que no es necesaria ya que no aumenta la supervivencia y puede provocar la realización de pruebas diagnosticas innecesarias, creando una situación de malestar y ansiedad en la mujer hasta que se llega a un diagnostico final.

En cualquier caso, aquí os dejo un link con información sobre el autoexamen mamario de la Clínica Mayo, que es considerado uno de los mejores hospitales de EEUU:
https://www.mayoclinic.org/es-es/tests-procedures/breast-exam/about/pac-20393237

Y mi otro consejo es que es importante acudir a vuestro médico si notáis algún problema de salud. No importa lo liadas que estéis, ni el trabajo que tengáis. La salud es un bien precioso y hay que cuidarla. Porque si por no prestar atención a nuestro cuerpo caemos enfermas, entonces toda la familia se resentirá. Y es que como una mami con energía y salud para cuidar de sus peques no hay nadie 😀😀

"No puedes cambiar la dirección del viento, pero puedes ajustar las velas". J.D.