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miércoles, 6 de mayo de 2020

Cáncer y ejercicio físico

Hace tiempo que quería escribir esta entrada, pero lo he ido dejando y ya no quería que pasara más tiempo sin hablar de este apasionante tema.

Si hay un "remedio milagroso" para el cáncer, sin duda este es el ejercicio físico. Con esto no quiero decir que el practicar ejercicio físico nos asegure no tener cáncer, sino que nuestro riesgo de padecerlo disminuye entre un 30-40% si practicamos actividad física de moderada a intensa más de 3 horas a la semana. 
O dicho de otra forma, las mujeres sedentarias tienen un 71% mas de riesgo de desarrollar cáncer de mama.

Da miedo, ¿verdad? Los últimos años de mi vida fueron bastante sedentarios. Al nacer mis hijos mi vida se trastocó completamente y dejé de hacer muchas cosas que hacía antes. Ser madre es agotador y cansa mucho porque no paras  ni un segundo. Pero eso no es hacer ejercicio físico. Es, simplemente, cansarse. 
Por eso, mi consejo para todas vosotras es que busquéis tiempo para vosotras, porque no se trata de diversión, sino de salud.

El ejercicio no es sólo importante en la prevención, sino también en las mujeres que ya han sido diagnosticadas, tratadas y/o han pasado un cáncer de mama.
Se han demostrado múltiples beneficios del ejercicio físico en los pacientes oncológicos durante las distintas etapas de la enfermedad, mejorando su calidad de vida (como la fatiga y el estado de ánimo) y el pronóstico, ya que disminuye el riesgo de recaída. 

Un metaanálisis publicado en noviembre de 2019 en la revista "British Journal of Sports Medicine" describe que correr se asocia a un riesgo un 23% menor de mortalidad por cáncer. En sus conclusiones encontramos que un aumento en la cantidad de este ejercicio, independientemente de la dosis, llevaría probablemente a una mejoría substancial en la salud y longevidad de la población. Incluso correr sólo una vez a la semana, es mejor que no correr, pero al mismo tiempo, se ha visto que altas dosis no se asocian necesariamente con mayores beneficios en la mortalidad.
https://bjsm.bmj.com/content/early/2019/09/25/bjsports-2018-100493.long

Otro estudio encontró que las mujeres con cáncer de mama que hicieron ejercicio moderado (equivalente a caminar de 3 a 5 horas por semana a un paso promedio) tenían aproximadamente de un 40-50% menos de riesgo de recidiva (o sea, de recaída) de su enfermedad, de muerte por cáncer de mama y de muerte por cualquier causa en comparación a las mujeres más sedentarias.  Los posibles beneficios de la actividad física en relación a la mortalidad por cáncer de mama fueron mayores en las mujeres con tumores con receptores hormonales. https://jamanetwork.com/journals/jama/fullarticle/200955

Los beneficios de practicar ejercicio físico son innegables, sin embargo se estima que cerca de un 70% de las mujeres con cáncer de mama disminuyen sus niveles de actividad. Esto tiene un impacto negativo en su salud y en su calidad de vida, ya que el sedentarismo favorece algunas enfermedades asociadas a los efectos secundarios de los tratamientos que pueden influir en la supervivencia.

Al escribir esta entrada me he dado cuenta de que había algo que yo podía hacer activamente para mejorar mi calidad de vida y mi supervivencia, y que no le he dado la importancia que debería.
Debo reconocer que desde que me diagnosticaron cáncer de mama he intentado aumentar mi actividad física, pero a niveles no muy intensos. Ahora soy consciente de que si quiero conseguir mayores beneficios en mi salud debo esforzarme más. Y os animo a todas a hacer lo mismo.


Aquí os dejo el link a una guía sobre ejercicio físico en el cáncer de mama: https://seom.org/seomcms/images/stories/recursos/Guias_Nutricion_Ejercicio_Cancer_Mama.pdf


"El ejercicio físico y el trabajo combinado ejercen una feliz influencia sobre la mente, fortalecen los músculos, mejoran la circulación y dan al enfermo la satisfacción de conocer su propia capacidad de soportar." Ellen White.

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