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miércoles, 2 de octubre de 2019

Bajada de defensas e ingreso

Los días fueron pasando y llegó el día de mi segunda sesión con antraciclinas, que fue el día 25 de abril. Lo normal es que sea cada 21 días, pero a veces no es posible cuadrar bien las fechas y en esta ocasión fue a los 23 días de la primera. 
Los análisis previos al tratamiento estaban perfectos, sin anemia y con los leucocitos (coloquialmente conocidos como defensas) en niveles normales.
Yo estaba muy contenta porque no me encontraba excesivamente mal y los análisis me salían bien.

El 16 de mayo recibí la tercera sesión con antraciclinas. Hacía ya unas dos semanas que se me había caído el pelo, así que usaba los pañuelos.
Debo reconocer que fuí a mi sesión con un poco de miedo, ya que estaba con un catarro desde hacía unos días. En principio no era nada grave, lo típico, estornudos y mocos. Pero sin fiebre.

Cuando estás con quimio, la fiebre es un síntoma que debemos controlar. Te lo dejan bien claro. Si presentas fiebre de 38ºC o más, hay que ir a Urgencias. Y, ¿por qué? Porque uno de los efectos secundarios de la quimioterapia es la neutropenia. Es decir, la bajada de las defensas del cuerpo (los leucocitos o glóbulos blancos), en especial de un tipo de leucocitos llamados neutrófilos.
Nuestros glóbulos blancos son los que nos defienden de las infecciones. Pero si están muy bajos no pueden realizar su función, y cualquier infección, que en una persona normal no daría ningún problema, se puede convertir en un riesgo para la vida en alguien en tratamiento quimioterápico.
La fiebre en un contexto de bajada importante de los neutrófilos se llama fiebre neutropénica.
Podríamos decir que la quimioterapia "mata" a nuestros leucocitos, dejando un sistema inmune debilitado.


¿Os acordáis de la maravillosa serie de dibujos "Erase una vez el cuerpo humano"? Ahí podemos "ver" a los neutrófilos. Eran los policías que vigilaban que todo estuviera en orden y se comían a los microbios con malas intenciones que entraban en el cuerpo.

Esta serie de dibujos me encanta y es muy didáctica. Yo la tengo en DVD y estoy deseando ponérsela a mis hijos.



El día de mi tercera sesión los análisis no me salieron muy bien, ya que tenía las defensas bajas. Pero, sin llegar a niveles que contraindicaran recibir el tratamiento. Y como no tenía fiebre y mi estado general era bueno, pasé al box a recibir mis goteros. No obstante, como precaución me solicitaron un análisis de control a los 9 días.

Los días posteriores al tratamiento fueron algo duros, con el malestar típico de la quimio al que se añadía el catarro, que no terminaba de mejorar nunca. Me encontraba muy cansada, no tenía ganas de nada, solo de estar sentada en el sofá. Tenía unas décimas de fiebre, pero siempre por debajo de 38ºC.
Los análisis de control me salieron bien y las defensas habían subido, así que me tranquilicé. Pero el catarro no se curaba y 4 días después de los análisis empecé con fiebre de 38ºC. Así que acudí a urgencias, donde confirmaron que tenía fiebre neutropénica. Me ingresaron en una habitación individual y me pusieron antibióticos intravenosos. Había que ayudar al cuerpo a luchar contra la infección.

Estuve 5 días ingresada. La evolución fue favorable, aunque tuvieron que pincharme filgrastim , que es un fármaco que estimula a la médula ósea para producir glóbulos blancos. Uno de los efectos secundarios que puede dar es dolor óseo, ya que la médula ósea (como su nombre indica) se encuentra en los huesos. Pero, gracias a Dios, yo no tuve ningún efecto secundario.
Una vez que la fiebre me bajó y las defensas me subieron a niveles aceptables, me dieron el alta, aunque tuve que seguir tomando antibiótico varios días.

Este ingreso me volvió un poco "paranoica" con las infecciones, aunque poco a poco me fui relajando y volviendo a la normalidad.
No hay que obsesionarse con la posibilidad de coger una infección, pero si que es recomendable seguir unos consejos para evitarlas:

- Lavarse las manos. Es muy importante que nos lavemos las manos con frecuencia, incluso las personas que viven con nosotras deberían extremar la higiene de manos. Si no disponemos de agua y jabón se puede utilizar un desinfectante de manos con base de alcohol.
- Mantener una buena higiene bucal. No nos olvidemos de lavar nuestros dientes después de cada comida.
- Evitar a las personas con alguna enfermedad infecciosa (gripe, catarro, anginas, etc).
- Evitar el contacto con personas (niños y adultos) que hayan recibido vacunas con virus vivos (sarampión, rubeola, gripe, etc)
- Cuidar la piel y evitar heridas. Una herida en la piel, al cortarse las cutículas, una quemadura, etc. se pueden convertir en una puerta de entrada a una infección.

Hay situaciones que para mí se hacen más difíciles de manejar, ya que tengo dos "monstruitos" en casa que complican un poco la situación. Ya sabéis que los niños pequeños en etapa escolar se acatarran con frecuencia. De hecho, desde que mis hijos empezaron en el colé/guardería, me contagiaron infecciones varias como anginas (hacía más de 20 años que no tenía anginas!), conjuntivitis, catarros, etc.
Ellos no tienen cuidado a la hora de estornudar, te tocan con las manos sucias, te besan aunque estén enfermos, etc. Y claro, yo no iba a dejar de besarlos y abrazarlos, porque se me haría insoportable. Así que intenté extremar la higiene con ellos,  aún sabiendo que era complicado. Debemos hacer todo lo que esté de nuestra parte para evitar las infecciones.

Aquí os dejo un enlace para un libro con consejos y recetas para distintas situaciones que pueden aparecer cuando estás en tratamiento con quimioterapia:
https://www.aeasarcomas.org/media/files/recetasPfizerII.pdf


"Nunca sabes lo fuerte que eres, hasta que ser fuerte es la única opción que te queda." Bob Marley


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