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miércoles, 25 de marzo de 2020

La operación (III): ingreso, regalos y almohadas del corazón

Antes de hablar sobre la linfadenectomia como comenté en la entrada anterior, quería explicar un poco cómo fueron los días del ingreso después de la operación.

Si sólo me hubieran quitado el tumor, hubiera estado en el hospital 24-48 horas. Pero lamentablemente me hicieron linfadenectomía, y eso alarga el postoperatorio. En total estuve ingresada 5 noches.

Me adjudicaron una habitación doble y por suerte, mi compañera era muy simpática, así que pude disfrutar de buena compañía durante mi estancia hospitalaria. Y eso es algo para agradecer, porque los días pasan más rápido cuando te encuentras a gusto.

De estos días, destacaré varios puntos.
- Aunque yo no quería que nadie se quedase a acompañarme por las noches, mi hermana insistió en ello, y debo agradecérselo. La verdad es que con el drenaje en un lado, el gotero en el otro, el dolor y la movilidad del brazo reducida, no es momento de hacerse la heroína. Así que dejaos ayudar por vuestros seres queridos.
- Unas amigas me enviaron un ramo muy especial.
Era una ramo de frutas con chocolate. No se si habéis visto algo similar, pero es un regalo muy original y bonito. Aquí en Pamplona me enviaron el ramo de una empresa que se llama Loreki (www. loreki.es). Cuando visitas la página se te hace la boca agua al ver todas las cosas ricas que tienen. A todo el mundo le encantó el ramo. Todo estaba riquísimo, pero las fresas con chocolate estaban deliciosas.


- Otro regalo que recibí, de parte de la Asociación Saray (Asociación Navarra de Cáncer de Mama) fue una almohada del corazón. La iniciativa de las Almohadas del corazón es algo muy bonito, y ahora os explicaré en que consiste. Como su nombre indica son unas almohadas en forma de corazón que se entregan de forma gratuita a las mujeres intervenidas de cirugía mamaria. Estas almohadas ayudan a reducir el dolor de la incisión, la protegen y disminuyen la tensión de los músculos del hombro.

En resumen, ayudan en la recuperación después de la operación.
No se pueden comprar o vender. Las almohadas se elaboran de forma altruista y se regalan.
Los orígenes se remontan a 2001, cuando una enfermera de oncología de un hospital de Tenesse (USA) fue operada y sus tías le confeccionaron una almohada que se adaptaba perfectamente debajo del brazo. Pronto aplicó la idea a su hospital y de ahí se fue extendiendo, no solo por EEUU, sino por Europa y otros lugares.
En España fueron introducidas en el año 2009, en Mallorca. Y de allí pasaron al resto de la península.
Aquí en Pamplona, varias veces al año, la Asociación Saray hace un taller de almohadas de corazón. Todas las mujeres que quieran van de forma voluntaria y cosen las almohadas que serán luego entregadas en los hospitales.

Yo participé en uno de estos talleres y estuve cosiendo almohadas mientras conversaba con otras mujeres en un ambiente relajado y distendido. Fue una bonita experiencia, porque ves como la generosidad y el altruismo aún están presentes en esta sociedad tan individualista.

"Se el cambio que quieres ver en el mundo." M. Gandhi




jueves, 5 de marzo de 2020

La operación (II). El drenaje y algunos consejos.

Cuando entré en quirófano lo hice con mis propias expectativas y miedos
Por supuesto, quería conservar mi mama, no quería que me la quitaran. Pero por encima de todo no quería que me quitaran los ganglios.
Por eso, lo primero que pregunté cuando abrí los ojos era si me habían quitado los ganglios. Y lo que oí fue como recibir un jarro de agua fría, ya que me confirmaron que me habían hecho una linfadenectomía axilar. En la próxima entrada hablaré de la linfadenectomía y su relación con el linfedema.

Me costó un poco despertar del todo de la anestesia. Estuve horas con un sopor muy molesto, entrando y saliendo del sueño, hasta que finalmente me despejé del todo. Por lo demás, no puedo quejarme mucho, ya que la anestesia me sentó bastante bien y no tuve mucho dolor.

En el quirófano te ponen un drenaje redón, para facilitar la salida del líquido de la herida quirúrgica.
El redón es un tubo multiperforado que se conecta a un frasco en el que se ha hecho el vacío para que vaya aspirando el líquido que va drenando. Tiene una especie de fuelle que debe estar recogido para que funcione correctamente. Lleva también una pinza que debe estar abierta cuando el drenaje esté conectado.

El líquido de drenaje era serosanguinolento y, afortunadamente, no era muy cuantioso. En cualquier caso, tuve que llevar el drenaje 6 días. Dan el alta con el drenaje puesto y te dan unas indicaciones sobre el manejo del redón en el domicilio.

Para facilitarte la vida y no tener que ir siempre con el drenaje en la mano, una opción es comprar un bolsito pequeño tipo bandolera, para meter el frasco dentro y así tener las manos libres cuando te muevas de aquí para allá.

El drenaje hay que llevarlo las 24 horas del día y resulta algo incomodo. Además, hay que ir con cuidado de no dar ningún tirón o engancharte en algún sitio.
Es posible ducharse con el redón, siempre y cuando se vaya con cuidado y secando después la zona de inserción del drenaje en la piel suavemente, a toques.

La rutina diaria después de la ducha consistía en limpiar la zona (drenaje y heridas quirúrgicas) con betadine u otra solución antiséptica y poner gasas limpias.
Al principio necesitaba ayuda para hacerlo ya que no tenía mucha movilidad del brazo afectado y no llegaba a los puntos más alejados. Así que debo dar las gracias a mi madre y a mi hermana pequeña por su ayuda durante los primeros días postcirugía.

Por las noches, a la misma hora aproximadamente, medía el contenido drenado y lo marcaba en el frasco con un rotulador permanente. Esto es importante, ya que cuando el débito del drenaje es inferior a 50 cc durante dos días consecutivos, se considera aceptable retirar el drenaje.

Con el informe de alta hospitalaria te dan cita para la primera revisión, con el servicio de enfermería. Yo salí un sábado y el lunes me tocó la revisión. En consulta la enfermera te pregunta si has tenido algún problema y revisa la herida quirúrgica y el drenaje. Y por fortuna, me quitaron el redón. Sentí un gran alivio cuando, de un tirón, me quitaron el tubo de drenaje. No duele cuando te lo retiran, ya que es muy rápido.

Consejos para los primeros días después de la operación:
- En primer lugar, seguir siempre las indicaciones de vuestro médico.
- Si os ponen redón, va bien utilizar un bolsito pequeño para meter el frasco del drenaje y tener las manos libres.
- Los primeros días después de la operación (principalmente si te han realizado linfadenectomía), la movilidad de brazo y hombro estará dificultada, por lo que es importante llevar ropa fácil de quitar y poner. Es decir, mejor camisas que jerséis.
- Es recomendable utilizar un sujetador cómodo, de algodón, de los que se abrochan por delante. Venden sujetadores especiales postquirúrgicos en las tiendas especializadas, pero también podéis encontrarlos en Amazon, Carrefour, Women Secret, etc, mucho más económicos. Preguntad por la línea de sujetadores postcirugía. Aquí en Pamplona, la marca Selene colabora con la asociación Saray y nos regalan un sujetador antes de la operación.
- Hacer los ejercicios indicados por el servicio de Rehabilitación. Después de la operación, los médicos rehabilitadores vinieron y me dieron una pauta de ejercicios para hacer varias veces al día todos los días. Es importante hacerlos para recuperar la movilidad de brazo y hombro cuanto antes.
Aquí os dejo un link a una página del Hospital Parc Taulí que está muy bien. Hay un video con ejercicios de ejemplo. El vídeo está en catalán pero se entiende bastante bien https://www.tauli.cat/tauli/images/Usuaris/documents/Linfadenectomia_Info_Pacients_ES.pdf

Y sobretodo, os aconsejo paciencia. Esto va lento, más de lo que nos gustaría, pero el cuerpo necesita su tiempo para sanarse. Así que no os agobiéis y tomároslo con calma.


"No importa lo lento que vayas mientras no pares". Confucio.